Hoy cuando fui al baño a orinar, noté que tenía algunos pendejos enganchados a la polera. Decidí jugar un rato con ellos y lo que hice fue tomar uno a uno e ir conectándolos al chorro para que los arrastre cual ruta acuática. Ellos estaban contentos, y desembocaban en el inodoro mediante el canal logrado entre el ojo del chino y el agua estancada. Hermoso.
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