Claro está. El cuerpo, al ser el envase que elige este habitante que proviene de la nada, y que luego, una vez deteriorado, ya inservible, lo abandona para volver a su estado natural; es el medio por el cual dicho habitante prueba las delicias y los placeres del mundo. Es la única forma que tiene de lograr esa satisfacción.
Pero a su vez, en el cuerpo convive otro más, y es allí en donde entramos "nosotros", la idea del "yo". Nuestro propio pensamiento, que atraviesa y estereotipa, que condiciona el accionar de ese habitante originario. Somos dos en un sólo cuerpo. "Algo" (el habitante) que ingresa al envase, y "pensamiento" que condiciona las variables de acción del habitante, que a su vez, ese pensamiento también está precondicionado social, cultural, ideológica, ambiental, y etcétera"mente".
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